Lo que alguna vez fue un simple cruce entre un club del interior con uno de los grandes del país terminó convirtiéndose, con el paso de los años, en una rivalidad moderna del fútbol argentino. Atlético e Independiente volverán a verse las caras esta noche, desde las 20, en el estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini, por una nueva fecha del Torneo Clausura. Pero detrás de los puntos y la tabla se esconde una historia cargada de tensiones, reclamos y partidos inolvidables.
En el Apertura de este año, el “Decano” se impuso 2-0 en el Monumental José Fierro, en una de sus actuaciones más sólidas del semestre. Con goles de Mateo Bajamich y Leandro Díaz, Atlético dominó aquel encuentro de principio a fin, dejando una imagen que hoy intentará repetir, aunque en terreno ajeno.
El “Rojo”, con aire
Independiente llega con una bocanada de oxígeno tras su reciente triunfo ante Platense, que cortó una sequía histórica. El conjunto de Gustavo Quinteros venció 3-0 en Avellaneda, en el duelo pendiente de la fecha 6 (suspendido por los incidentes frente a Universidad de Chile), y consiguió su primer triunfo en el Clausura, luego de 15 partidos sin ganar.
Los goles fueron obra de Gabriel Ávalos, Felipe Loyola y Lautaro Millán. Más allá del desahogo, la victoria no tapa los problemas institucionales y económicos que el club arrastra desde hace meses.
Uno de los casos más delicados es el del defensor Kevin Lomónaco. El zaguero, que llegó desde Red Bull Bragantino en agosto de 2024, tiene contrato hasta 2027, pero el pase todavía no fue pagado en su totalidad. Independiente abonó solo U$S 400.000 de los U$S 750.000 correspondientes a la primera cuota del acuerdo, motivo por el cual el club brasileño elevó un reclamo ante la FIFA y exige ahora los U$S 2,6 millones restantes al contado.
Por su parte, Felipe Loyola, una de las figuras del último encuentro, tiene vínculo hasta 2028. El chileno quedó muy afectado tras los incidentes del 20 de agosto frente a Universidad de Chile y analiza su futuro. Hay sondeos de México y Brasil, pero la dirigencia no planea dejarlo ir por menos de U$S 5 millones.
El origen
La relación entre Atlético e Independiente se quebró en 2016, cuando una definición administrativa encendió la mecha. La Conmebol otorgó un cupo extra para la Copa Libertadores 2017 y el debate sobre quién debía ocuparlo desató una guerra fría entre Avellaneda y Tucumán.
Atlético, que había terminado quinto en la tabla general, celebró cuando la AFA confirmó que sería el sexto representante argentino. Pero Independiente reclamó disputar un desempate, argumentando que ambos habían finalizado terceros en sus zonas del torneo de transición. Sin embargo, el “Decano” había sumado 30 puntos, contra 27 del “Rojo”.
Después de semanas de tensión, el 31 de octubre de 2016, la AFA oficializó vía redes sociales la clasificación de Atlético a la Copa Libertadores. Aquel fallo fue tomado como una afrenta en Avellaneda y como una reivindicación en Tucumán. Desde entonces, cada cruce entre ambos se juega con un condimento especial.
Duelo continental
El roce se reavivó en 2017, cuando se enfrentaron en los octavos de final de la Copa Sudamericana. En Tucumán, Atlético ganó 1-0 con un gol de Luis Miguel “Pulga” Rodríguez, en una noche mágica. En la revancha, en Avellaneda, Independiente lo dio vuelta: 2-0 con tantos de Leandro Fernández y Martín Benítez, y con Campaña atajándole dos penales seguidos al “Pulga” por invasión en la primera ejecución. El “Rojo” terminaría siendo campeón del torneo, pero el “Decano” dejó su huella.
La revancha deportiva llegó poco después, en la Copa Argentina 2017, cuando Atlético eliminó a Independiente en los 16avos de final. Fue 2-1, con goles de Rodrigo Aliendro y Gonzalo Freitas. Aquel triunfo fue festejado como un desquite, no solo por lo futbolístico, sino por todo el trasfondo acumulado.
Sigue escribiéndose
Ocho años después de aquel reclamo, la rivalidad sigue vigente. Atlético llega a Avellaneda con la memoria fresca de su triunfo en el Apertura, mientras Independiente busca continuidad tras romper su maleficio. Los caminos de ambos volvieron a cruzarse.
Lo cierto es que, cada vez que se enfrentan, el recuerdo de aquella disputa por la Libertadores sobrevuela la cancha. En Avellaneda o en Tucumán, Atlético e Independiente siguen enfrentándose por algo más que tres puntos: por el derecho a escribir la próxima página de una rivalidad que el fútbol nunca imaginó, pero que el tiempo se encargó de consolidar.